JUSTIFICADO LA PAREJA
Por José Rafael Olivieri
Contrario a
lo que muchos creen, basados en sus experiencias y conflictos emocionales,
establecer una relación de pareja es algo muy sencillo.
Lo
importante no es establecer esta relación, sino, responder a dos (2) preguntas
claves:
¿Para
qué quieres una relación de pareja? y ¿Por cuánto tiempo la quieres?
Lamentablemente, la respuesta “verdadera” a estas 2
interrogantes y a muchas otras, solamente se pueden encontrar en las zonas más
profundas de la mente inconsciente de cada persona. Donde están definidos la
identidad del YO, mi autovaloración y todo mi “Sistema de Creencias”, sobre el cual
se sustenta toda mi vida emocional y TODO lo que voy a realizar en mi vida.
A pesar de
que en la matemática de Dios 1 + 1 = 1, la realidad es que se trata de dos (2)
personas: El y Ella, cuyas individualidades arrastran las consecuencias
emocionales de sus modelos parentales en sus respectivas relaciones de pareja,
con los cuales, cada una de estas dos personas aprendieron y definieron a su
vez, sus propios modelos de vida y de pareja.
Voy a
realizar a partir de este artículo un desarrollo de mis ideas sobre las parejas
y su relación, intentando abarcar en ellos la mayoría de los aspectos que definen
dicha relación y, digo “la mayoría” porque sería utópico e ilusorio intentar
abarcar “la totalidad” de los elementos que involucra la misma, la cual es a su
vez, la relación que más satisfacciones da en la vida, pero también, la que más
conflictos emocionales mueve en cada uno de sus integrantes.
Por ello
voy a comenzar con los elementos justificativos de la misma y posteriormente
iré construyendo el resto de las ideas al respecto. Algunos textos posiblemente
sean extensos y, quizás tengan un contexto “más formal”, pues no me interesa
dejar mis ideas en el aire, sino darles el peso teórico que, requiere un tema
tan vital como es la pareja. Pero, si te interesa el tema, te pido paciencia y
comprensión, pues a falta de otro espacio de expresión de estas inquietudes, por
ahora, gracias a Dios, existe este medio de comunicación.
Al parecer el ser humano vive de
modas, no sólo en lo personal, sino también en sus roles sociales y
profesionales. Lo cual pudiese extrapolarse por igual, al caso de las
investigaciones y estudios, cuyo tópico principal es equivalente al tema
central del presente trabajo, es decir, las relaciones de pareja. Lo digo
porque pretendo incluir en paralelo, pesando en la segunda pregunta realizada
anteriormente (¿por cuánto tiempo?), un término (psicológico) del cual ya casi
no se habla, por no decir que ha quedado obsoleto y relegado en las relaciones
actuales de pareja, me refiero al concepto del AJUSTE MARITAL, que aquí lo voy a parafrasear como
“Ajuste de Pareja”. En este sentido, puede señalarse que el tema del ajuste
marital, entendiendo someramente, este constructo, como el proceso de
acoplamiento de los cónyuges durante su vida marital (Díez y Rodríguez (1989); Moral
De la Rubia (2008a)), no ha pasado de moda, a pesar de que en el proceso de
evolución social que se ha vivido desde la década de 1960, la institución del
matrimonio ha sido, al igual que muchas de las instituciones tradicionales,
ampliamente cuestionada en todos sus facetas. Incluyéndose, particularmente, en
los aspectos de su vigencia y su validez. No obstante, este cuestionamiento
acerca del matrimonio, no deja de ser cierto igualmente, que entre las diversas
interrelaciones sociales que establecen los seres humanos, quizás la más
importante, de su vida adulta, sea precisamente, la de la relación de pareja.
Ella representa en muchos casos, uno de los más anhelados vínculos
interpersonales, no sólo desde el punto de vista emocional y cultural, sino
también psicológico y biológico.
Una primera
razón de la justificación por el interés del tema de las relaciones de pareja y
su ajuste, es igual al de muchas otras investigaciones de diversos autores, que
plantearon para llevar a cabo su respectivo trabajo investigativo, como razón
principal, “el anormal incremento en la tasa de divorcios y la pérdida de
indicadores de la estabilidad marital” (Díez y Rodríguez, 1989, p. 395). Lo cual, según afirman estos autores, están
claramente reflejados en la gran cantidad de situaciones de rupturas de
parejas, independientemente del estar en el vínculo matrimonial o no. Lo que ha
implicado diferentes consecuencias, no sólo a nivel individual de los miembros
de las parejas, sino familiar y social.
Este
aspecto del incremento de las tasas de divorcio, puede apreciarse en base a los
registros estadísticos nacionales de algunos países de Europa, América Latina y
de Venezuela, como dicha tasa ha ido incrementándose ampliamente a medida que
han transcurridos los años. Ello puede ser considerado, como una falla del proceso
de ajuste marital en dichas parejas. Cabe también destacar que las estadísticas
encontradas, sólo se refieren a las rupturas de parejas legalmente
constituidas, es decir, propiamente dicho los divorcios, más no consideran un
número importante de rupturas de aquellas parejas ‘socialmente’ constituidas,
que igualmente hacen vida marital y cohabitan juntos en el mismo hogar, e
incluso, en muchos casos, también tienen hijos.
Otro factor a considerar como
justificación de la necesidad de trabajar sobre el área del ajuste de las
parejas, quizás de igual importancia social a la del divorcio, pero de posibles
consecuencias más profundas, debido a la gravedad de los daños tanto físicos
como psicológicos, es la relacionada con el área de la violencia familiar o
doméstica. La misma incluye todas las expresiones de violencia a todos los
miembros del grupo familiar, que por supuesto incluye tanto a la mujer, a los hijos,
y en menor grado al hombre. Cabe la pregunta ¿qué se entiende por violencia
familiar? Pues la misma está usualmente asociada a la producida por la agresión
física a uno o varios miembros del núcleo familiar. Sin embargo, la realidad es
que este tipo de violencia tiene diferentes manifestaciones, las cuales pueden resumirse
como: Violencia doméstica, La violencia psicológica y física con el cónyuge, el
maltrato infantil y el abuso de los niños. (Campo-Redondo, 2002).
Afirma Campo-Redondo (2002) en
su investigación de Orientación de la Violencia Familiar:
El fenómeno de la violencia familiar y
doméstica ha generado controversia en diversos contextos de la vida social
venezolana, especialmente en el ámbito jurídico, político, educativo, y
sanitario. Duffy y Momirov (1997) lo definen como aquel acto cometido dentro de
la familia por uno de sus miembros, que perjudica gravemente la vida, el
cuerpo, la dignidad, la integridad psicológica o la libertad de otro miembro de
la familia, en las parejas o entre otras personas que en algún momento de su
vida han vivido conjuntamente; este acto ocurre casi siempre en la casa y en la
intimidad de la familia, generándose un fenómeno oculto y muchas veces no
visible al resto de la sociedad. Esto limita la documentación, seguimiento y
control de la violencia doméstica hacia la mujer o a los niños. (p.2).
Esta problemática se ve
reflejada en los cada vez más abundantes estudios investigativos y el abordaje
a todo nivel público y privado, sobre la violencia familiar, lo cual se debe a
los altos índices de manifestación de este fenómeno social, que ha adquirido una
alta relevancia y que “Aunque las cifras no representan la realidad en su
verdadera dimensión, conducen a pensar en la violencia familiar como un
problema de salud pública a escala nacional” (Campo-Redondo, 2002, p. 3).
Igualmente como respuesta a este problema, en los últimos años se ha venido
dando una serie de programas y leyes en defensa de los derechos del niño y la
mujer, como alternativas para frenar y erradicar la situación de violencia
familiar. Muchos se han dedicado a la búsqueda de las causas que son la semilla
de un ambiente familiar hostil y que, consecuentemente, producen una educación
errónea en el núcleo familiar. Los cuales han dado como recomendaciones que es
urgente que nuestra sociedad adquiera nuevos y mejores hábitos de crianza y
convivencia. Incluyendo la prioridad de una reeducación en cuanto al trato
familiar, el que lamentablemente para muchos está caracterizado por la
violencia, el rechazo y la indiferencia. (García R. y Jiménez, 2005).
…
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Referencias: (cito algunas, si las necesitas específicas me
avisas)
Ackerman,
N. (1982). The strength of family Therapy.
New York: Editorial Brunner/Mazel Inc.
Campo-Redondo, M. (2002). Orientación
de la Violencia
Familiar y Aprendizaje del Componente
Intersubjetivo a través de una Didáctica Constructivista. Fermentum Rev. Vzlana. de Soc. y Ant. v.34 Mérida
mayo 2002. Recuperado 02.04.2010 de:
http://www2.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-30692002000200010&lng=es&nrm=iso
Díez Bolaños, y Rodríguez,
A. (1989).
Efectos
de la inequidad sobre el ajuste y la satisfacción
marital en la mujer. Recuperado 03-09-2009 de:
http://scholar.google.co.ve/scholar?q=ajuste+marital&hl=es&btnG=Buscar&lr=lang_es
Gordillo Ardines, B. A. (2000). Relación entre experiencias
tempranas
parentales,satisfacción marital e inteligencia emocional. Tesis Maestría.
Orientación Familiar. Coordinación de Maestrías en Psicología, Departamento de
Educación y Psicología, Universidad Iberoamericana - Golfo Centro.
Junio. Recuperado 21-09-2009 de:
http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/mof/gordillo_a_ba/portada.html
Moreno, A. (1998). Historia
de Vida de Felicia Valera. Fondo Editorial CONICIT. Caracas,Venezuela
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