miércoles, 8 de agosto de 2012

JUSTIFICADO LA PAREJA


JUSTIFICADO LA PAREJA
Por José Rafael Olivieri

            Contrario a lo que muchos creen, basados en sus experiencias y conflictos emocionales, establecer una relación de pareja es algo muy sencillo.
Lo importante no es establecer esta relación, sino, responder a dos (2) preguntas claves:
 ¿Para qué quieres una relación de pareja? y ¿Por cuánto tiempo la quieres?
Lamentablemente, la respuesta “verdadera” a estas 2 interrogantes y a muchas otras, solamente se pueden encontrar en las zonas más profundas de la mente inconsciente de cada persona. Donde están definidos la identidad del YO, mi autovaloración y todo mi “Sistema de Creencias”, sobre el cual se sustenta toda mi vida emocional y TODO lo que voy a realizar en mi vida.
            A pesar de que en la matemática de Dios 1 + 1 = 1, la realidad es que se trata de dos (2) personas: El y Ella, cuyas individualidades arrastran las consecuencias emocionales de sus modelos parentales en sus respectivas relaciones de pareja, con los cuales, cada una de estas dos personas aprendieron y definieron a su vez, sus propios modelos de vida y de pareja.
            Voy a realizar a partir de este artículo un desarrollo de mis ideas sobre las parejas y su relación, intentando abarcar en ellos la mayoría de los aspectos que definen dicha relación y, digo “la mayoría” porque sería utópico e ilusorio intentar abarcar “la totalidad” de los elementos que involucra la misma, la cual es a su vez, la relación que más satisfacciones da en la vida, pero también, la que más conflictos emocionales mueve en cada uno de sus integrantes.
            Por ello voy a comenzar con los elementos justificativos de la misma y posteriormente iré construyendo el resto de las ideas al respecto. Algunos textos posiblemente sean extensos y, quizás tengan un contexto “más formal”, pues no me interesa dejar mis ideas en el aire, sino darles el peso teórico que, requiere un tema tan vital como es la pareja. Pero, si te interesa el tema, te pido paciencia y comprensión, pues a falta de otro espacio de expresión de estas inquietudes, por ahora, gracias a Dios, existe este medio de comunicación.
  
Al parecer el ser humano vive de modas, no sólo en lo personal, sino también en sus roles sociales y profesionales. Lo cual pudiese extrapolarse por igual, al caso de las investigaciones y estudios, cuyo tópico principal es equivalente al tema central del presente trabajo, es decir, las relaciones de pareja. Lo digo porque pretendo incluir en paralelo, pesando en la segunda pregunta realizada anteriormente (¿por cuánto tiempo?), un término (psicológico) del cual ya casi no se habla, por no decir que ha quedado obsoleto y relegado en las relaciones actuales de pareja, me refiero al concepto del AJUSTE MARITAL, que aquí lo voy a parafrasear como “Ajuste de Pareja”. En este sentido, puede señalarse que el tema del ajuste marital, entendiendo someramente, este constructo, como el proceso de acoplamiento de los cónyuges durante su vida marital (Díez y Rodríguez (1989); Moral De la Rubia (2008a)), no ha pasado de moda, a pesar de que en el proceso de evolución social que se ha vivido desde la década de 1960, la institución del matrimonio ha sido, al igual que muchas de las instituciones tradicionales, ampliamente cuestionada en todos sus facetas. Incluyéndose, particularmente, en los aspectos de su vigencia y su validez. No obstante, este cuestionamiento acerca del matrimonio, no deja de ser cierto igualmente, que entre las diversas interrelaciones sociales que establecen los seres humanos, quizás la más importante, de su vida adulta, sea precisamente, la de la relación de pareja. Ella representa en muchos casos, uno de los más anhelados vínculos interpersonales, no sólo desde el punto de vista emocional y cultural, sino también psicológico y biológico.

            Una primera razón de la justificación por el interés del tema de las relaciones de pareja y su ajuste, es igual al de muchas otras investigaciones de diversos autores, que plantearon para llevar a cabo su respectivo trabajo investigativo, como razón principal, “el anormal incremento en la tasa de divorcios y la pérdida de indicadores de la estabilidad marital” (Díez y Rodríguez, 1989, p. 395).  Lo cual, según afirman estos autores, están claramente reflejados en la gran cantidad de situaciones de rupturas de parejas, independientemente del estar en el vínculo matrimonial o no. Lo que ha implicado diferentes consecuencias, no sólo a nivel individual de los miembros de las parejas, sino familiar y social.

            Este aspecto del incremento de las tasas de divorcio, puede apreciarse en base a los registros estadísticos nacionales de algunos países de Europa, América Latina y de Venezuela, como dicha tasa ha ido incrementándose ampliamente a medida que han transcurridos los años. Ello puede ser considerado, como una falla del proceso de ajuste marital en dichas parejas. Cabe también destacar que las estadísticas encontradas, sólo se refieren a las rupturas de parejas legalmente constituidas, es decir, propiamente dicho los divorcios, más no consideran un número importante de rupturas de aquellas parejas ‘socialmente’ constituidas, que igualmente hacen vida marital y cohabitan juntos en el mismo hogar, e incluso, en muchos casos, también tienen hijos.  

Otro factor a considerar como justificación de la necesidad de trabajar sobre el área del ajuste de las parejas, quizás de igual importancia social a la del divorcio, pero de posibles consecuencias más profundas, debido a la gravedad de los daños tanto físicos como psicológicos, es la relacionada con el área de la violencia familiar o doméstica. La misma incluye todas las expresiones de violencia a todos los miembros del grupo familiar, que por supuesto incluye tanto a la mujer, a los hijos, y en menor grado al hombre. Cabe la pregunta ¿qué se entiende por violencia familiar? Pues la misma está usualmente asociada a la producida por la agresión física a uno o varios miembros del núcleo familiar. Sin embargo, la realidad es que este tipo de violencia tiene diferentes manifestaciones, las cuales pueden resumirse como: Violencia doméstica, La violencia psicológica y física con el cónyuge, el maltrato infantil y el abuso de los niños. (Campo-Redondo, 2002).
Afirma Campo-Redondo (2002) en su investigación de Orientación de la Violencia Familiar:  

El fenómeno de la violencia familiar y doméstica ha generado controversia en diversos contextos de la vida social venezolana, especialmente en el ámbito jurídico, político, educativo, y sanitario. Duffy y Momirov (1997) lo definen como aquel acto cometido dentro de la familia por uno de sus miembros, que perjudica gravemente la vida, el cuerpo, la dignidad, la integridad psicológica o la libertad de otro miembro de la familia, en las parejas o entre otras personas que en algún momento de su vida han vivido conjuntamente; este acto ocurre casi siempre en la casa y en la intimidad de la familia, generándose un fenómeno oculto y muchas veces no visible al resto de la sociedad. Esto limita la documentación, seguimiento y control de la violencia doméstica hacia la mujer o a los niños. (p.2).

Esta problemática se ve reflejada en los cada vez más abundantes estudios investigativos y el abordaje a todo nivel público y privado, sobre la violencia familiar, lo cual se debe a los altos índices de manifestación de este fenómeno social, que ha adquirido una alta relevancia y que “Aunque las cifras no representan la realidad en su verdadera dimensión, conducen a pensar en la violencia familiar como un problema de salud pública a escala nacional” (Campo-Redondo, 2002, p. 3). Igualmente como respuesta a este problema, en los últimos años se ha venido dando una serie de programas y leyes en defensa de los derechos del niño y la mujer, como alternativas para frenar y erradicar la situación de violencia familiar. Muchos se han dedicado a la búsqueda de las causas que son la semilla de un ambiente familiar hostil y que, consecuentemente, producen una educación errónea en el núcleo familiar. Los cuales han dado como recomendaciones que es urgente que nuestra sociedad adquiera nuevos y mejores hábitos de crianza y convivencia. Incluyendo la prioridad de una reeducación en cuanto al trato familiar, el que lamentablemente para muchos está caracterizado por la violencia, el rechazo y la indiferencia. (García R. y Jiménez, 2005).

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Referencias: (cito algunas, si las necesitas específicas me avisas)

Ackerman, N. (1982). The strength of family Therapy. New York: Editorial Brunner/Mazel  Inc.

Campo-Redondo,  M.  (2002).  Orientación  de  la  Violencia  Familiar  y  Aprendizaje  del Componente Intersubjetivo a través de una Didáctica Constructivista. Fermentum Rev. Vzlana. de Soc. y Ant. v.34 Mérida mayo 2002. Recuperado 02.04.2010 de:
http://www2.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-30692002000200010&lng=es&nrm=iso
Díez  Bolaños,  y  Rodríguez,  A.   (1989).  Efectos  de  la  inequidad  sobre  el  ajuste  y la satisfacción marital en la mujer. Recuperado 03-09-2009 de:
           http://scholar.google.co.ve/scholar?q=ajuste+marital&hl=es&btnG=Buscar&lr=lang_es

Gordillo  Ardines,  B.   A.  (2000).   Relación   entre   experiencias   tempranas  parentales,satisfacción marital e inteligencia emocional. Tesis Maestría. Orientación Familiar. Coordinación de Maestrías en Psicología, Departamento de Educación y Psicología, Universidad  Iberoamericana -  Golfo  Centro.  Junio.  Recuperado  21-09-2009 de:
http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/mof/gordillo_a_ba/portada.html

Moreno, A. (1998). Historia de Vida de Felicia Valera. Fondo Editorial CONICIT. Caracas,Venezuela

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