INTRODUCCIÓN A LA ARMONÍA MARITAL
Por José rafael Olivieri Delgado
“De esta manera, los que se casan ya no viven como dos personas separadas, sino como si fueran una sola. Por tanto, si Dios ha unido a un hombre y a una mujer, nadie debe separarlos.” (Mateo 19:6, TLA).
Podría
comenzar haciéndome eco de la tragedia humana que representa el haber perdido
la posibilidad de que continúen existiendo parejas que duran “hasta que la
muerte los separe”. Más, sin embargo, prefiero quedarme en mi papel de “la voz
que clama en el desierto” y continuar creyendo, no sé si desde mi fantasía, o desde
la posibilidad real en la cual, definitivamente, sí es factible recuperar esta
especie en extinción, y junto con ella, todos sus beneficios.
Pero
antes de entrar en materia, mejor empezamos por comprender que realmente desde
el comienzo mismo de la raza humana, en nuestra necesidad de establecer relaciones
con nuestros semejantes, uno de los vínculos más fundamentales para todos ha
sido el de establecer relaciones interpersonales guiadas por el amor. En particular,
y para nuestro caso concreto, hablamos del: amor en la pareja. Aún más allá, de
todas las posibles relaciones que llevan este sello, la relación marital es
quizás la más importante, no solamente para una gran mayoría de seres humanos,
sino para la totalidad de las culturas que habitan este planeta.
Sin
embargo, no deja de ser cierto que, en este tipo de relaciones entre Él y Ella,
debido a una multitud de situaciones tanto de índole personal como cultural,
histórica, social y de los géneros, esta termina siendo una relación paradójica.
Lo digo pensando en todos aquellos que la hemos vivido, y que hemos podido
comprobar, por igual que, simultáneamente es la que más satisfacciones produce
a la pareja, como a su vez, es la que igualmente más conflictos, tanto intrapersonal
como interindividual, genera. Tal como señala Gray (1992): “Crear una relación
afectuosa puede presentar a veces cierto número de escollos. Los problemas son
inevitables, pero estos problemas pueden ser o bien fuentes de resentimiento y
rechazo o bien oportunidades para profundizar una relación íntima e
intensificar el amor, el cuidado y la confianza.” (p. 21).
Reforzando
un poco más esta idea, encontramos en palabras de Martínez (2006) lo siguiente: “la relación de pareja es la
resultante de un equilibrio de fuerzas antagónicas. Unas que tienden a unir a
los miembros de la relación, a las que llamo fuerzas de cohesión, y otras, que
impulsan su separación: las fuerzas de disociación.” (p. 79). Tal
como lo he podido confirmar en el consultorio: ambos elementos satisfacción y
conflicto (cohesión y disociación), están permanente presentes en toda relación
de pareja desde su inicio, ya sea marital o no. De tal manera que, en la
relación diádica, dichos elementos influyen directa y constantemente en el
equilibrio emocional de la pareja, facilitando su permanencia o, por el
contrario, su destrucción.
Identificaremos
aquí este conjunto de fuerzas como el proceso necesario que ha de establecerse
en las parejas para lograr su “Armonía Marital”, y con ello, poder permanecer
unidos indefinidamente. Por eso, el manejo tanto de la satisfacción como del conflicto
debe formar parte importante de un proceso de armonía marital en la pareja. En
especial porque es deseable que, en este tipo de relaciones, exista la promesa
de compartir el mundo bajo una premisa de crecimiento, unidad y cambio
continuos. De dicha promesa, ha de surgir la necesidad de llevar a cabo este
proceso de armonía marital para lograr así el equilibrio de las fuerzas
mencionadas. Sobre todo, cuando igualmente sabemos que es un proceso continuo
durante todas las etapas de las parejas.
Lo fundamental
de este proceso de armonía es que no solamente pertenece a la relación marital
como tal, sino que podríamos extrapolarlo por igual a cualquier relación de pareja.
Particularmente si tomamos en cuenta que dicho proceso ha de impactar igualmente
en forma individual a cada miembro de la díada, lo cual es fundamental para
lograr la armonía en estas relaciones. Esto se debe a que ambos miembros, en
función de sus características personales y en su totalidad, tendrán sus
propias expectativas y pautas de referencia, con relación a su sensación y
percepción de su adecuación o no con su pareja.
En este sentido, muchos son los elementos que se encuentran involucrados en el proceso de la armonía marital. Estos abarcan por igual tanto a cada miembro de la díada, como a la relación marital como unidad. Tales elementos, en lo que respecta a los aspectos individuales de cada miembro de la pareja, incluyen entre otras: las características propias de crianza, socialización, educación, sistema de creencias, capacidades cognitivas, emocionales y psicológicas que cada uno tiene y aporta a la relación. En realidad, cada miembro de la relación tiene su propia historia personal y única, la que, de igual manera, lo han constituido como la persona que actualmente es. En este sentido, cada uno de ellos es una persona completa e integrada, que aportará a la relación de su propia experiencia de vida, al compartirla con el otro.
De igual manera, así como son importantes los aspectos individuales de cada miembro, también lo es la unidad que forman como pareja. La cual, al margen de estar o no, legalmente constituidos en un matrimonio, deberán transitar esta relación juntos por un tiempo indefinido, preferiblemente de la forma más armónica posible. Para que de esta manera puedan constituirse en la pareja o en el matrimonio que, en principio, ambos anhelan. De tal manera que, para lograr un adecuado proceso de armonía marital en la pareja, será necesario considerar diferentes aspectos vitales, los cuales englobamos dentro del conjunto de la información presentada en este texto acerca de, sobre y para la pareja. Por supuesto, sin dejar de reconocer que todo ello no es sino “un grano de arena” de la totalidad que es la unidad conyugal.
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Agunas Referencias:
Abreu, E. (2000). Mucha madre y poco
padre ¿Una antigua
realidad
en aumento? Caracas, Venezuela:
Fundación
Venezuela positiva.
Baltasar, M. y Battaglia, M. (1990).
Tesis: Pareja: relación,
ajuste
marital y estilos de poder en la sexualidad.
Caracas,
Venezuela: U.C.V.
Bravo C., J. (s.f.). Uniendo
nuestras vidas en amor para servir.
Tomado de la Web.
Recuperado 20-08-2009 de:
http://www.angelfire.com/pe/jorgebravo/sermon12.htm.
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