martes, 3 de enero de 2012

El Perdón (recopilación Internet)

El perdón es una expresión de amor y la clave para liberarte
Recopilado por: J. Rafael Olivieri

El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo.
No significa que estás de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebas.
Perdonar no significa restarle importancia a lo que sucedió,
ni mucho menos darle la razón a alguien que te lastimó.

Perdonar significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos
que te causan dolor, enojo y te destruyen día a día.
El perdón se basa en el reconocer, aceptar y soltar lo que pasó.
La falta de perdón te encadena a las personas en el resentimiento. Te hace esclavo de ellas.
La falta de perdón es el más destructivo veneno para tu espíritu,
ya que neutraliza los recursos emocionales que tienes y mata tu alegría de vivir.
El perdón es una decisión que puedes y debes renovar a diario.
Muchos de nuestros intentos de perdón fracasan, pues confundimos lo que es perdonar y, nos resistimos ante la posibilidad de disminuir los eventos ocurridos u olvidarlos.
El perdón no es olvidar lo que nos ocurrió, aunque sí, invita a sacarlo de nuestro pensamiento.
No significa excusar o justificar un determinado evento o mal comportamiento.
No es aceptar lo ocurrido con resignación. No es negar el dolor.
No es minimizar los eventos ocurridos. Es liberarte a ti de todo ello.
Creemos erradamente que el perdón debe conducirnos inexorablemente a la reconciliación con el agresor. Pensamos que perdonar es hacernos íntimos amigos de nuestro agresor y por tal motivo rechazamos el perdonar. No implica eso para nada, el perdón es
PRINCIPAL Y ÚNICAMENTE PARA TI y para nadie más.
No hay que esperar que la persona que nos agredió cambie o modifique su conducta, pues lo más probables es que esa persona no cambie, y es más, a veces se ponen peor.
El perdón se debe realizar "sin expectativas" sin esperar a que el otro cambie.
Si esperamos que el agresor acepte su error, estaremos esperando en vano y gastando nuestro tiempo y nuestras energías en una disculpa que posiblemente jamás llegará.
Si quedamos esperando alguna reacción, luego de haber perdonado, realmente no hemos perdonado genuinamente, pues seguimos esperando una retribución, un resarcimiento.
Seguimos anclados en el problema, en el ayer, queriendo que nos paguen por nuestro dolor.
El esperar una disculpa, que se acepte el error; nada de eso cambiará los hechos, lo ocurrido en el pasado, sólo estaremos alimentando nuestro resentimiento,
nuestra sed de justicia mal enfocada.
Cuando no hemos perdonado, quien tiene el control de nuestra vida es el EGO.
EGO que quiere a toda costa castigar o cobrarle al agresor.
No existe nada ni nadie que pueda resarcir el dolor ocasionado en el pasado,
el pasado no tiene cómo ser cambiado.
Ningún tipo de venganza o retribución podrá subsanar los momentos de tristeza
y desolación que vivimos, lo mal que nos sentimos.
Perdonar desde nuestro corazón, es mirar los hechos tal y como sucedieron, es decidir dejarlos ir, dejarlos en el ayer, es liberarnos de las espinas del ayer.
Muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar es a ti mismo por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas.

¿Con qué personas estás resentido? ¿A quién no quieres perdonar?
¿Acaso tú eres infalible y por eso no puedes perdonar los errores ajenos?
¡PERDONAR ES APRENDER A AMARME A MÍ MISMO!

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